Domingo: El rey que llega en asno

Domingo: El rey que llega en asno

Envestida de su nueva posición real, la princesa Diana de Gales llegó a la Catedral de San Pablo de Londres en una Carroza de Cristal, coronada por una tiara, y con un velo tan voluminoso que apenas cabía en el vehículo.  Su excesivo vestido de novia fue la cereza final en su histórico camino al altar, mangas voluminosas, sedas flotantes, una cola de tafetán de casi 8 metros, cintura ceñida y encaje antiguo bordado con perlas y lentejuelas… ¡Era la opulencia en su máximo esplendor!

El domingo de Ramos, en Jerusalén también esperaban a un Rey. Pero el escenario era distinto. Ahí no habría exuberancia. Y Zacarías ya lo había dicho, pero si leemos las palabras de este profeta, humanamente algo no cuadraba: ¿cómo es que un rey que viene a salvar  y a hacer justicia llegaría en un asno? Es algo paradójico, ¿no crees?

Imagínate a la princesa Diana llegando triunfalmente a la catedral en un asno frente a millones de personas. Hubiese sido todo, menos “triunfante”, pensarían muchos.

Pero, en Jerusalén habían armado una especie de camino sobre la tierra donde Jesús entraría triunfalmente a la ciudad mientras lo reverenciaban entre palmas, a una sola voz: “¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!  ¡Hosanna en las alturas!”. Era el rey que finalmente llegaba a libertarlos de la esclavitud romana, pero llegaba en un asno.  ¿Era el rey que realmente habían imaginado?

El Jesús de mucha gente es precisamente el Jesús que Jerusalén esperaba ese día. Un rey que llegaría solamente a solucionarles sus problemas sociales, que llegaría a darles prosperidad y orgullo a su nación, que les daría una vida mucho más fácil y sencilla, sin enfermedad, sin dolor ni sufrimiento, sin muerte. Todo el mundo adora predicar esa versión de Jesús, pero ¿es realmente el propósito del ministerio del Hijo de Dios?

Jesús no llegó a Jerusalén para liberarlos de una esclavitud humana, sino de un mal mucho peor: su esclavitud al pecado. Y esto no tenía que ver con que ya no serían asediados por el poder romano, sino que tendrían un poder con ellos mucho mayor: el poder de la salvación y la vida eterna en Cristo Jesús. Es lo que se nos ofrece a ti y a mí a través de su vida.

En este primer día de la última semana de vida de Jesús te invito a reflexionar en ese Jesús que te ofrece mucho más que una estabilidad económica, política o social y con el que puedes obtener un regalo que ni todo el oro y la plata de este mundo podrían comprar. ¿Te animas?

CITAS BÍBLICAS:

  • Zacarías 9:9

¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de alegría, hija de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti, justo, Salvador y humilde. Viene montado en un asno, en un pollino, cría de asna.

  • Mateo 21:9

Tanto la gente que iba delante de él como la que iba detrás gritaba: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!

  • Mateo 1:21

Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados.

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